BIENVENIDA/O al lugar donde vas a dejar de autoengañarte
Sabemos por qué estás aquí. Algo no cuadra.
Tu cabeza no para, te sientes atrapado/a en un bucle infinito de dudas, estrés, ansiedad o simplemente… un vacío existencial que no sabes ni cómo explicar.
O quizás, lo explicas demasiado y nadie te entiende. Te voy a decir que no eres el único. Pero aquí estás, leyendo estas líneas. Y eso ya dice mucho.
Si sientes que cargas con un peso invisible que te drena la energía, si tus pensamientos son un torbellino imparable o si las noches se han convertido en una pelea interminable con el insomnio, es hora de hacer algo
Aquí es donde entra en escena la psicoterapia.
Vamos a ir más allá del “cuéntame cómo te sientes” y te daremos herramientas reales para cambiar de una vez por todas. Y sí, por si te lo estás preguntando, has llegado al lugar correcto.
¿Por qué las personas buscan terapia?
Porque la mente no siempre es un lugar habitable. Algunas de las razones más comunes por las que los adultos recurren a un psicólogo incluyen:
- Ansiedad y estrés (o cómo tu cerebro decidió boicotearte)
Tu mente va más rápido que un coche sin frenos. No duermes bien, sientes presión en el pecho o te invaden pensamientos intrusivos que no te dejan ni respirar. No, no es «normal» vivir así. Y sí, se puede solucionar.
- Depresión (o cuando todo te da igual y no encuentras sentido a nada)
Levantarte por la mañana es una hazaña, nada te motiva y te sientes como si estuvieras atrapado en un episodio gris de tu propia vida. No es «pereza», no es «estar triste», es algo más profundo que necesita atención.
- Relaciones tóxicas (con otros… o contigo mismo)
¿Siempre terminas con la misma clase de personas? ¿Sientes que das demasiado y recibes migajas? O peor aún, ¿tú mismo eres tu peor enemigo? Hora de entender por qué y romper ese patrón de una vez por todas.
- Autoestima en saldo (o el arte de sabotearte sin darte cuenta)
Si cada vez que te miras al espejo solo ves defectos, o si sientes que no eres suficiente en ningún aspecto de tu vida… aquí hay un problema que se puede resolver. La buena noticia: no naciste para vivir así.
- Dificultades en relaciones personales
Amor, familia, amistad… ¿Quién dijo que entenderse con los demás era fácil?
- Crisis vitales y cambios importantes
Separaciones, pérdidas, despidos, mudanzas… La vida cambia sin pedir permiso, y adaptarse no es automático
¿Terapia? ¿Yo? Mmm… No sé.
Sabemos que dar el primer paso no es fácil. Siempre hay un “¿y si…?”, un miedo sutil o una excusa bien vestida para postergar lo que sabemos que necesitamos.
Pero no te preocupes, aquí vamos a desmontar una a una esas objeciones que te rondan la cabeza.
«No estoy tan mal, hay gente peor que yo.»
La verdad es que no necesitas estar al borde del colapso para buscar ayuda. Si sientes que algo no está bien, es razón suficiente. ¿O acaso esperarías a que una pequeña herida se infecte antes de curarla? Si algo no va bien, merece atención.
“No creo que hablar con alguien cambie nada.”
Si fuera solo hablar, quizás no. Pero la terapia no es una simple conversación, es un proceso estructurado, basado en evidencia científica, diseñado para ayudarte a entender lo que te pasa y, más importante aún, a cambiarlo. Pensar que la terapia no sirve sin haberla probado es como decir que el gimnasio no funciona sin haber levantado una sola pesa.
“No tengo tiempo para esto.”
Bien. Pero dime, ¿cuánto tiempo pierdes en insomnio, en preocupaciones inútiles, en discusiones sin sentido o en días donde la tristeza te deja sin ganas de nada? La terapia no te quita tiempo, te lo devuelve. Te ayuda a vivir con más claridad, con menos bloqueos y con más energía para lo que realmente importa. Prioriza lo que de verdad importa. Y adivina qué: TU IMPORTAS
“Es muy caro.”
Depende de cómo lo veas. ¿Sabes qué sí es caro? Vivir atrapado en los mismos patrones destructivos, perder oportunidades por miedo, sabotear tus relaciones o sentirte constantemente drenado. La terapia no es un gasto, es una inversión. Y una de las pocas que garantizan beneficios reales a largo plazo: paz mental, bienestar y calidad de vida
“No sé si voy a sentirme cómodo hablando con un psicólogo.”
Es normal sentir cierta incomodidad al principio. Abrirse no es fácil, y nadie espera que lo hagas de inmediato. Pero un buen terapeuta sabe cómo crear un espacio seguro, sin juicios y sin presiones. Aquí no hay críticas ni etiquetas, solo comprensión y herramientas para ayudarte a mejorar.
“¿Y si no funciona?”
La terapia no es magia, es un proceso. No se trata de asistir a una sesión y esperar una revelación divina. Se trata de compromiso, de trabajo conjunto. Y si en algún punto sientes que no estás avanzando, se ajusta el enfoque. Pero quedarse donde estás sin hacer nada… eso sí que garantiza que nada cambiará
No necesitas cualquier psicóloga.
Necesitas a LA CORRECTA
Buscar ayuda psicológica no es cualquier decisión.
No basta con “ir a terapia”; lo importante es con quién vas a terapia. Y aquí es donde marcamos la diferencia.
Podrías elegir al azar, confiar en recomendaciones vagas o simplemente ir con el primero que encuentres. Pero si realmente quieres un cambio, necesitas a alguien que entienda tu mundo, tu ritmo y tus dificultades reales.
Alguien que no solo escuche, sino que te desafíe cuando sea necesario y te sostenga cuando lo necesites.
Si quieres a alguien que te desafíe, te confronte (cuando lo necesites) y te dé herramientas reales para cambiar las cosas, aquí me tienes.
¿Qué significa esto en la práctica?
Psicología para adultos, de verdad. No es terapia diluida en consejos obvios ni en frases motivacionales vacías. Mi enfoque es claro: ayudarte a transformar tu vida con estrategias reales y efectivas.
Comprensión sin juicios, pero con claridad. No estás aquí para que te digan lo que quieres oír. Estás aquí para entender lo que realmente necesitas. Con empatía, pero también con la honestidad que se requiere para avanzar.
Herramientas que funcionan. No te quedarás en teorías eternas sin aplicación real. Cada sesión te dará recursos concretos para gestionar tu ansiedad, mejorar tus relaciones, aumentar tu autoestima o salir de ese bloqueo en el que llevas tanto tiempo.
Un espacio seguro donde ser tú. Sin etiquetas, sin presiones, sin miedo a sentirte “débil” por buscar ayuda. Aquí, la vulnerabilidad no es un defecto; es el primer paso hacia el crecimiento.
No pierdas más tiempo sintiéndote atrapado en lo mismo. Da el primer paso y comprueba que la terapia sí puede marcar la diferencia, siempre que la hagas con la persona adecuada.
¿DÓNDE ME PODEIS ENCONTRAR?
Nos podéis encontrar en Lleida, concretamente en el barrio de la Bordeta, en la Plaza Sant Jordi,2
Es una zona de fácil acceso y aparcamiento