PSICÓLOGA ESPECIALISTA EN ADOLESCENTES

LLEIDA

ADOLESCENTES: esa montaña rusa que nadie nos enseña a manejar

La adolescencia es una etapa llena de cambios (¡y vaya cambios!).

A nivel físico, emocional, neurológico y social, los adolescentes están en constante transformación.

Es el momento en el que empiezan a buscar su identidad, cuestionarse el mundo que les rodea y explorar nuevas experiencias para construir su propio camino hacia la adultez. Y aunque este proceso es natural y necesario, no siempre es fácil para ellos… ni para ti.

De repente, ese niño/a cariñoso/a y abierto/a parece haberse esfumado, y en su lugar hay alguien más distante, irritable o simplemente… diferente. ¿Te suena?

Las frases que más escucho en consulta suelen ser:

  • “Antes me contaba todo, ahora no sé qué pasa por su cabeza.”
  • “Era tan cariñoso/a… ahora parece que todo lo que hago le molesta.”
  • “Quiero ayudarle, pero no sé por dónde empezar.

Tal vez te sientes desconcertado/a porque todo lo que antes funcionaba con tu hijo/a ahora parece inútil. Esa relación cercana y cariñosa que solían tener se siente más lejana. Es posible que ya no confíe en ti como antes, que las conversaciones terminen en discusiones o que simplemente no sepas cómo llegar a él/ella. Y mientras intentas encontrar soluciones, las dudas no dejan de aparecer:

    • ¿Qué estoy haciendo mal?
    • ¿Por qué no me escucha?
    • ¿Cómo puedo ayudarle si ni siquiera quiere hablar conmigo?

Aquí es donde la psicoterapia puede marcar una gran diferencia.

LA ADOLESCENCIA NO ES UN PROBLEMA, ES UNA NECESIDAD

Y no lo digo yo, así lo avala la neurociencia y los miles de estudios que hay sobre esta etapa. 

Considerada por la Declaración de los Derechos de la Infancia, como  una oportunidad para mejorar las opciones vitales.

La adolescencia es una necesidad porque:

  • buscan novedades, ampliando su visión del mundo y orientando objetivos
  • Aumenta la empatía, necesario para establecer nuevos vínculos
  • son más intensos emocionalmente, por los tanto tienen más vitalidad y entusiasmo
  • exploran más, lo que ayuda a la evolución social y humana.

Todo esto es imprescindible para un buen desarrollo en la adultez.

NO ES TARDE para recuperar la conexión

Muchos padres viven la adolescencia de sus hijos/as con resignación, deseando que pase rápido, como si fuera una tormenta inevitable.

Pero aquí está la verdad: no tiene que ser así. Con las herramientas adecuadas, no solo puedes aprender a gestionarla, sino incluso a disfrutarla.

Si has llegado hasta aquí, es probable que te sientas identificado/a con esta sensación de impotencia, con ese pensamiento de “he probado todo y nada parece funcionar.”

Esa mezcla de frustración, agotamiento y cariño es lo que lleva a muchas familias a buscar ayuda profesional. Porque, aunque estés buscando respuestas para tu hijo/a, en el fondo también estás buscando paz para ti y tu familia.

No estás solo/a.

Lo primero que quiero decirte es que no eres el único/a que siente esto. La adolescencia es un desafío para muchas familias, pero también es una etapa llena de oportunidades para crecer, entenderse y fortalecerse juntos.

¿Cómo puedo ayudarte?

Mi enfoque no es solo trabajar con tu hijo/a, sino también contigo como padre/madre, porque el cambio empieza en casa. La terapia no busca culpar ni señalar errores, sino encontrar soluciones prácticas que funcionen para vuestra familia.

Mi objetivo es ayudar a tu hijo/a a gestionar sus emociones, resolver conflictos y reforzar su autoestima, al tiempo que tú recuperas la confianza en tu papel como guía.

Tomar esta decisión no es fácil, pero es valiente.

Buscar un psicólogo/a para tu hijo/a o para alguien importante para ti no es una tarea sencilla. Requiere reconocer que necesitas apoyo, y eso no es un signo de debilidad, sino de fortaleza.

Si decides trabajar conmigo, estaré aquí para acompañaros en este camino; y si no soy la persona indicada, también te ayudaré a encontrar a alguien que lo sea.

No tienes que enfrentarte a esta etapa solo/a. La adolescencia puede ser un periodo de crecimiento y aprendizaje, no solo para tu hijo/a, sino para toda la familia. ¿Empezamos a construir ese cambio juntas?

¿QUÉ PROBLEMAS SON LOS MÁS HABITUALES?

PREGUNTAS FRECUENTES

 Si estás leyendo esto, es porque tienes dudas e inquietudes. Aqui vamos a dar argumentos sólidos para  intentar resolverlas.

La adolescencia está llena de altibajos, pero ciertas señales indican que la situación va más allá de lo típico: cambios drásticos en el estado de ánimo, aislamiento extremo, bajo rendimiento escolar repentino, problemas de sueño, agresividad, ansiedad constante o comentarios sobre sentirse vacío o sin propósito.

No hace falta esperar a que el problema sea grave para actuar..

Es normal que los adolescentes minimicen sus problemas o crean que pueden manejarlo solos. Explícale que la terapia no es un castigo ni una señal de que hay «algo mal en él», sino una herramienta para sentirse mejor.

Si se resiste, puedes enmarcarlo como una prueba: «Ve a unas sesiones y luego decides si quieres seguir». La clave es que sienta que tiene algo de control en la decisión.

Si sientes que has intentado diferentes estrategias y nada parece funcionar, o si la situación está afectando tu bienestar emocional o el de tu hijo/a, buscar ayuda profesional puede marcar la diferencia. Muchas veces, la intervención temprana evita problemas mayores en el futuro

El tiempo que dure la terapia depende de la situación específica de cada hijo/a y familia. Algunos procesos son cortos y concretos, mientras que otros requieren un acompañamiento más prolongado. Durante la primera consulta hablaremos de objetivos y expectativas para que tengas una idea más clara de lo que necesitas

El tiempo depende del problema y de cada hijo/a, pero generalmente se empiezan a notar pequeños cambios positivos tras unas semanas de trabajo conjunto. Lo importante es tener paciencia y compromiso con el proceso.

Los adolescentes a veces evitan hablar con los padres por miedo a ser juzgados, regañados o porque creen que «no los van a entender». Un terapeuta es alguien externo, sin prejuicios, entrenado para hacer que incluso los más cerrados se sientan cómodos hablando.

Además la terapeuta sabrá cómo crear un ambiente seguro para que, poco a poco, su hijo se abra.

El vínculo familiar es importante, pero hay cosas que los adolescentes no se sienten cómodos compartiendo con sus padres, ya sea por miedo al juicio, la vergüenza o simplemente porque buscan una mirada externa y objetiva.

Un psicólogo ofrece un espacio neutral donde pueden expresarse sin temor a decepcionar a nadie.

No, y esa es la gracia. La confidencialidad es clave para que realmente se abra. Sin embargo, si hay algo serio que deba informarse (riesgos para su seguridad, por ejemplo), se buscará la mejor manera de comunicarlo sin traicionar su confianza.

No todos los terapeutas encajan con todos los adolescentes, y eso es normal. Si después de unas sesiones sigue sin sentirse cómodo, pueden buscar otro profesional con el que conecte mejor.

 Lo importante es que estés en un espacio donde te sientas bien.

¿Tienes más dudas o inquietudes?

Si alguna de estas preguntas se parece a lo que piensas, tal vez es momento de darle una oportunidad a la terapia. ¿El peor escenario? No funciona para vosotros. ¿El mejor? Cambia vuestras vidas. Vale la pena intentarlo.

¡Contacta conmigo y empecemos a construir juntos una mejor convivencia!!

¿DONDE NOS PODEIS ENCONTRAR?

Nos podéis encontrar en Lleida, concretamente en el barrio de la Bordeta, en la Plaza Sant Jordi,2.

Es una zona de fácil acceso y aparcamiento

Rosana
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